miércoles, diciembre 10, 2014

Negocios redondos con ranchos cúbicos



El Triángulo de Solidaridad fue el nombre de un remedo de política social, que no llegaba ni programa pues era el ‘rejuntao’ de algunos proyectos medio dibujados, que se organizaron desde la vicepresidencia de la Administración Rodríguez… y merecidamente, se convirtió en el nombre de uno de los tantos barrios de tugurios que surgieron durante esa administraci...ón ante a lo que fue un ‘cierre técnico’ de la política de vivienda, pues se dejó de atender la demanda real de vivienda para población no solvente y se cerraron las ventanillas para que los que requerían apoyo pudieran hacer fila decentemente: frente a ello, no quedó más que tomarse tierras y hacer ranchos. Claro, motivados, organizados e impulsados por los empresarios ‘tugureros’ que contrataron a los antiguos ‘zopilotes’ para hacer negocios redondos con ranchos cúbicos.

Los años y las administraciones pasaron y el nombre del ‘programa’ se olvidó y el barrio que empezó con unas decenas de familias se convirtió en cientos de ellas y desarrolló la dinámica usual de los tugurios organizados, con su intercambio permanente y la diferenciación interna, con los 'zopilotes' cobrando por derecho de la tierra y por alquiler de sus cuartos, construyendo sus casas grandes y asociándose con los pastores para amansar a las familias y mantenerse firmes, tanto que han pasado diez años y ahí siguen.

Ocupa, el Triángulo, parte de la franja de tierra que se guardó para el derecho de vía del sector norte de la circunvalación, diseñada desde antes de la administración Carazo que hizo el sector sur con sus rotondas ya inútiles. Fue zona protegida, supuestamente, por el decreto o ley que la resguardaba para hacer la vía, indispensable para tener un ‘anillo periférico urbano’, que sería el primer anillo concéntrico alrededor de la ciudad; pero la circunvalación sigue sin terminarse y sus 4 vías ya son también obsoletas.

El gobierno 'del cambio' se ha propuesto terminar esa parte, igual que lo hizo el anterior gobierno, sin lograrlo, y en forma similar como lo plantearon varios otros desde la casi olvidada administración Carazo, olvidada lo suficiente como para que ese señor sea recordado por muchos como un buen Presidente…

Consecuentemente, para poder hacer el sector norte del anillo que sigue sin serlo por 30 años, el gobierno 'del cambio', que NO juega con Costa Rica, se ha propuesto como prioridad limpiar el terreno que ocupan cientos de familias en precario y que no han podido sacar sus predecesores. Al menos eso han estado diciendo y se han concentrado estos meses y seguramente por muchos meses más, en buscar la manera de pasar las familias a otro lado, pero sin tener que terminar de construir casas o edificios dónde meterlos: la solución ingeniosa es meterlos en cobertizos provisionales en pequeños grupos en lotes fáciles de conseguir… para desmayo de los tugureros que no harían el negocio usual, menos aún los constructores de edificios y especuladores de tierras que esperaban vender sus fincas inútiles.

Pero los nuevos administradores no contaban con la astucia de los tugureros, especuladores, 'zopilotes' y toda la red clientelista que se ha consolidado desde que el gobierno de Arias las organizó a partir de las estructuras de ‘lucha por vivienda’ que se habían creado durante la administración de Monge y que se consolidaron y reconstruyeron a partir de la administración de Calderón y siguientes.

Tampoco tenía, el gobierno 'del cambio' una política diseñada, ni prioridades establecidas y menos un conocimiento de cómo funcionan las instituciones del sector vivienda (Mivah, Banhvi, Invu), las que sin excepción se pusieron bajo el control de profesionales que no conocían los tejes y manejes internos, ni las relaciones estrechas entre el aparato institucional público, en particular el Banhvi, con las Mutuales y todo el otro entramado privado que ha lucrado con los bonos por casi tres décadas.

Siete meses después de llegar al gobierno están ahora todavía viendo a ver como resuelven el procedimiento de valorar las condiciones de las familias y depurar las listas y conseguir que cumplan con los requerimientos de ley, pero NO para entregarles “viviendas de interés social”, sino para meterlos en cajones de metal (furgones) de menos de 20 metros cuadrados sin las instalaciones sanitarias mínimas (sin agua y sanitarios dentro del cajón).

O sea el gobierno del cambio, en vez de elevar el nivel de calidad de la vivienda de 'interés social', o al menos dejarla en las (básicas) condiciones históricas tipo ‘casa prefa’, de al menos 36 metros, se deja convencer por los que construyen cajones de madera de 18 metros y se decide por los furgones de 14 metros, que como los otros de madera, NO serán transitorios sino permanentes.

Sin embargo, el que se pueda concluir con ese proceso o que se concrete en el corto plazo, siendo como es la principal prioridad por la presión que tienen dada la necesidad de la circunvalación, no está para nada resuelto, o aunque se trabaja en ello denodadamente, no se tiene claro cuánto tiempo tomará, o cuando se iniciará, o si se terminará cambiando de idea o qué.

Si el gobierno asigna los fondos del bono para pagar las tierras y los furgones, para meter a las familias del Triángulo en esas viviendas transitorias, de hecho las convierte en permanentes, pues las familias perderían el derecho a bono.

El sistema financiero no se hizo para gastar millonadas de los bonos en viviendas transitorias, ese no es el objetivo de la ley ni lo expresado por el legislador. Sin embargo, el gobierno ‘del cambio’, que no juega con Costa Rica, estaría asignando a las familias su derecho al bono, creado por la ley de 1987, para que paguen por los cajones de metal –furgones- cuando deberían ser para construir viviendas permanentes para solucionar el problema de vivienda.

En todo caso es una vergüenza para la historia de la política social y la política de vivienda en Costa Rica, para el gremio de la construcción y la arquitectura del país, para las docenas de escuelas de arquitectura y los miles de arquitectos formados ahí en los últimos 40 años, que miles de millones de colones se destinen a meter a las familias pobres en furgones. NO en viviendas diseñadas a partir de furgones sino en furgones sin mucho más, como han informado en el ministerio.

Es una vergüenza porque pueden hacerse viviendas con furgones y pueden dar magníficos resultados, como se ha hecho en muchos lados: casas con todos los requisitos: agua, sanitario, duchas, instalaciones de cocina, ventilación y protección frente a la humedad y el calor del clima tropical húmedo de nuestro valle central. Pero además, el país tiene profesionales y el talento de sobra para producir diversos diseños de vivienda adecuados (con variedad de materiales y adaptación climática, etc.) dentro de los límites financieros del bono, siempre que este no se desperdicie en hacer ricos a los especuladores inmobiliarios.

Además, tanto las leyes y la organización institucional tienen suficientes elementos como para que los jerarcas no sean rehenes de las estructuras burocráticas. De hecho, si van a construir viviendas transitorias NO deberían utilizar bonos, sino financiarlas con otros esquemas dado que precisamente por ello son muy baratas y fáciles de hacer en relación con las viviendas de verdad.

Dijeron que "con Costa Rica NO se juega", pero parece ser que no saben hacer otra cosa que improvisar y lanzarse en cualquier aventura sin tener las pericias, copiando cualquier modelo que bisoños e irresponsables aprendices les sugieran y sin tener idea de la responsabilidad que los 1.3 millones les dimos al votar.