lunes, octubre 08, 2007

Una derrota que llena de esperanza

Treinta y cinco años atrás en nuestro grupo universitario algún dirigente decía siempre que habíamos tenido una derrota electoral, pero una victoria política, para que los más jóvenes, recién ingresados a la militancia no nos decepcionáramos; pero siempre perdíamos. Era muy difícil ganarle a los grupos con dinero de los grandes partidos tradicionales o a la izquierda oficial con todo el apoyo de su partido y su intolerancia. Muchas veces tiraron ácido a nuestras mantas o sus grupos arrancaban nuestros afiches apenas los poníamos, y nos sacaron a golpes de piquetes con sus brigadas de choque, como las de aquel tristemente célebre movimiento Costa Rica Libre.

Por la misma época, las organizaciones contestatarias que desarrollábamos en las ocupaciones de tierras por vivienda recibían un doble trato: garrote, literalmente, de la guardia y chantaje (amenazas de desalojo y latas de cinc) de los munícipes de los partidos tradicionales. Los universitarios que en ello estábamos también sufrimos la acusación de instigadores –un serio delito penal- de parte de las autoridades oficiales, pero a la vez los golpes de aquella misma izquierda oficial que no quería permitir surgir los nuevos grupos.

Eran tiempos de la guerra fría y del inicio de la guerra en los otros países de la región, era el tiempo de surgimiento de nuevas fuerzas contestatarias, de una nueva generación esperanzada, que tendría que abrirse paso.

En los últimos meses mucho y nada ha cambiado en Costa Rica. Los viejos tratos de la guerra fría se han vuelto a utilizar en forma abierta, descarnada, arrasadora. El chantaje y la amenaza con la intervención directa de gobiernos extranjeros, de empresarios extranjeros, a solicitud de los gobernantes nacionales y el desdén sin rubor de las normas establecidas (clientelismo de última hora y violación de la tregua) los llevó de nuevo a ganar.
Pero vimos surgir a una nueva generación, esa que tanto hemos esperado y que ahora tiene una primera derrota, una muy importante, en las urnas de votación. Vimos la más grande movilización de toda la historia y la más alta votación, jamás soñada. Vimos una enorme creatividad autofinanciada, vimos una inmensa gama de grupos y vínculos, un verdadero país multicultural en proceso de formación.

En los próximos días, semanas y meses, habrá que debatir y estudiar, evaluar y revisar. Sobre la conformación de una coordinación de esa múltiple expresión alternativa y el uso de los medios de comunicación de masas. Sobre el carácter y conformación del ciudadano/votante, sus temores y necesidades, sus aspiraciones y capacidades. Sobre las reacciones esperables a las amenazas y a la intervención, el miedo al hambre y al desempleo. Sobre el manejo de la información y el uso de medios alternativos nuevos.

Pero hoy lo que queda es la grata sensación de que hay una generación de relevo y que debe abrirse paso y dirigir, asumir el control para construir el futuro y articular la diversidad con apoyo del estudio y el análisis profundo, para superar la ingenuidad y la inexperiencia.

Una generación que ganará.

08/10/07