jueves, septiembre 22, 2005

PRE-DESASTRE


PRE-DESASTRE

El ojo de Rita, la nueva cíclope que aterroriza a los americanos, está todavía a más de 600 Km. de la costa, pero ya tenemos una situación que llama a cambiar la usual y gastada nomenclatura relativa a las situaciones de desastre (antes, durante, después): ahora después del antes y antes del durante se tiene una situación de pre-desastre. Millones tratan de ir el norte desde esta madrugada por las superautopistas de ocho carriles y poco después de salir de sus casas en pueblos costeros o suburbios se han quedado atascados. Como si fueran para unas vacaciones los vehículos de doble tracción y enormes cilindradas, que unen el lujo, el tamaño y la potencia en un solo diseño apropiado para americanos, llevan de todo a bordo: las familias completas con sus parejas de perritos lanudos con lacitos en las orejitas, sillas playeras, suficiente agua en docenas de botellas, hieleras abundantes en comidas americanas, pero… bueno se quedan sin gasolina en las autopistas de TEXAS. Perdón, ¿de dónde?, de Texas, sí, en las autopistas construidas sobre esas inmensas reservas de petróleo. De 30 gasolineras a las que llamaron periodistas a medio día, 25 estaban ya sin gas o a punto de cerrar o cerradas del todo. Por supuesto, seis horas después todavía no hay una intervención directa de los organismos responsables de organizar la estampida; es decir la evacuación. En consecuencia, hay familias que están ya no tan cómodamente atrapadas en sus autos familiares (que se venden con la propaganda que ofrece confort y altas velocidades y, claro, una aceleración que los lleva de cero a 100 Km/hora. en escasos segundos) que salieron de sus viviendas hace más de 12 horas y han recorrido menos de cien kilómetros. Cientos de esos autos, ya sin gasolina y sin donde conseguirla, se quedan en los espaldones de las autopistas a la espera…

Esto es un pre-desastre absolutamente desastroso tampoco atribuible a doña Rita.


Manuel Argüello-Rodríguez
Jueves, 22 de septiembre de 2005, 5 p.m.