viernes, agosto 17, 2007

La prensa del tsunami

A dos días del gallardo tsunami la percepción que ha transmitido la prensa es sorprendentemente contraria a los hechos objetivos. La falta de pericia en el manejo de la información aparece como oportunidad, la incomprensión del sentido de las ‘alertas internacionales’ se presenta como la realidad objetiva de la amenaza inminente, la ausencia de acciones indagatorias de medios alternativos ni siquiera es cuestionada: contacto con los países de Suramérica en la costa del pacífico, vínculo con informantes expertos en sitios estratégicos, consulta y apoyo en criterios científicos como oceanógrafos, meteorólogos, geógrafos y geólogos; pero en particular los expertos en tsunamis de diversidad de organizaciones científicas localizados en variedad de sitios en todo el pacífico, incluyendo representantes en Costa Rica. Así, mientras en la noche del caótico simulacro algún periodista llamaba ‘héroe nacional’ al director de la CNE, un periódico al día siguiente decía que la actuación de la CNE fue excelente. Y claro, la participación de la gente del campo, de los comités en cada sitio, de los voluntarios comunales, la Cruz Roja, bomberos, policías de pueblo en las zonas costeras, tratando de ayudar a la población siempre es heroica, pero la toma de decisiones no la asumen los soldados de a pie, y estas decisiones pueden causar muchas muertes innecesarias.

Ciertamente la información que se centralizó en el director de la CNE, sin consulta alguna (y al parecer sin asesoría alguna de carácter técnico de alto nivel, es decir sin apoyo del personal técnico-científico de las demás instituciones del país y de la región) no solo fue falaz sino basada en el desconocimiento de aspectos elementales del manejo de una situación de emergencia. En primer lugar no había tal inminencia de peligro, simplemente una alerta para toda la costa del pacífico desde México hasta Perú. Dos horas después del terremoto no había ninguna información que indicara el avance de alguna ola, como onda expansiva pos terremoto, en ningún país costero a dos mil kilómetros al norte (Ecuador, Colombia) del epicentro –al sur del Perú-. Ningún organismo científico –que tienen actualizadas en tiempo real sus páginas de la Web- indicaba avance alguno en el océano pacífico de tal onda expansiva. El cálculo de las horas de llegada simplemente se establece a partir de asumir que en el caso de que hubiera tal onda expansiva normalmente avanza a cierta velocidad ya establecida por observaciones y datos estandarizados –modelos, etc.- DE OTROS SITUACIONES. NO se trataba de una proyección a partir de la observación de este caso en particular sobre el cual NO había NINGUNA observación dos horas después del terremoto (por cierto ningún barco o avión habían dado información a sus respectivas bases o torres de control sobre algún fenómeno tipo onda expansiva avanzando en algún lugar del Océano Pacífico.

Pero toda esa información ni siquiera era necesaria, pues por coincidir la marea baja con la supuesta hora de llegada, se requería una ola gigantesca para que hubiera algo perceptible, y en la peor predicción del Director de la CNE decía que tendría hasta 2: 50 metros.

La hora calcula para la supuesta llegada de algo así como una ‘ola de hasta dos metros y medio’ coincidía en este caso con uno de los momentos más bajos de la marea baja. En Quepos la marea más baja el día 15 de agosto en la noche (que se localiza en la página Web del Instituto Meteorológico desde principios de este año) sería a las 22:29 horas (10:29 p.m.) y alcanzaría 1, 37 pies (o sea 0,42 metros, ni medio metro). En Puntarenas la tabla dice: 22:36 horas (10:36 p.m.) -0,02 metros (-0,06 pies, bajísima). Es decir que incluso en caso de que en efecto hubiera una ola extraordinaria de más de 2 metros – 7 pies – sobre el nivel del mar, por estar en marea baja, tan baja, esta ola –el gallardo/tsunami- no llegaría ni al nivel que habían llegado las olas normales de la marea alta. En Quepos llegaría hasta el límite usual, incluso por debajo de las mareas de cuatro metros de octubre, perfectas para el surf en Playa Hermosa, lo que la hace tan atractiva ¡!


En conclusión, era absurdo pedirle a la gente de Puntarenas que evacuara pues en el peor de los casos –y más aún dado que Puntarenas NO está en mar abierto- la olita del gallardo-tsunami llegaría hasta donde normalmente llegan las mareas no tal altas, y la gente pudo haberla esperado tomándose un churchil en los chinamos en vez de salir despavoridos en un absurdo caos provocado por la irresponsable e innecesaria recomendación del director de la CNE.

La lectura de periódicos y revisión de reportajes periodísticos de los últimos dos días sobre el gallardo-tsunami deja además la impresión de que no se repregunta, no se investiga o cuando se investiga la información se pone yuxtapuesta –como en varios periódicos de esta mañana-. Se siguen hablando de un tsunami que nunca existió y no se cuestiona por el responsable del caos y las enormes pérdidas individuales y colectivas. Y bueno, afortunadamente no hubo ningún accidente, ni muertos, ni infartos, pero eso fue por casualidad no por la organización y el orden, que obviamente como todo mundo lo observó fue un desastre. El director de la CNE ha dicho una y otra vez que estaba protegiendo las vidas humanas y que eso está por encima de todo, y nadie le plantea que eso es absolutamente falso pues ninguna vida estaba en peligro, solo que él estaba irresponsablemente desinformado y tomaba una decisión inexperta y por tanto la recomendación de evacuar hasta 500 metros en toda la costa de frontera a frontera era absurda y fuera de lugar. Pero ¿por qué no se le cuestiona? ¿por qué no se indaga la razón para la falta de asesoría técnica y científica? ¿por qué, en caso de que hubiera habido tal asesoría, no se utilizó en la toma de decisiones? ¿por qué se lanza a la calle a decenas de miles de personas –incluyendo las dos principales ciudades de la costa del pacífico del país- si con solo observar la información era obvio que NADA pasaba o pasaría (eso a las 7:30 p.m., dos horas después del terremoto del Perú)?

Y más importante, ¿cuál es el manejo que se le dará a las siguientes alertas y cuál es la reacción que tendrá la población? ¿Cuál será el manejo del impacto indirecto de los huracanes del resto del año en la costa del pacífico y el uso de información científica?

No hay justificación alguna para la falta de cuestionamiento serio y el planteamiento analítico de las fallas y para sentar responsabilidades, como corresponde.

En todo caso es importante recordar que en un mundo de pusilánimes hasta un incompetente es gallardo.


Manuel Argüello-Rodríguez
Viernes, 17 de agosto de 2007

miércoles, agosto 15, 2007

El Gallardo Tsunami

Teniendo una cabañita de madera en la costa del pacífico central, recibí llamadas de amigos y familiares inmediatamente después del aviso y alerta de tsunami emitido por una televisora en su noticiero de la noche. Nada menos que el Director de la CNE indicaba que la población debía retirarse 500 metros de la costa y buscar sitios altos, y primero identificó una serie de playas del pacífico central y dejó por fuera las del pacífico sur y toda la costa al norte de Playa Hermosa; a la vez que decía que la ola podría tener hasta dos metros de alto. Así de escueta esta información se respaldaba con supuestos informes científicos de alguna institución que se llamaba con siglas y que tenía sede en Hawai y alguna de los Estados Unidos. Obviamente, la población no tiene idea de cuáles instituciones son esas y qué significan las ‘alertas’ que esas instituciones emiten, muy a menudo por cierto. Pero en la TV el Tsunami de Gallardo aparecía como una gran ola que podría (o no) ser tan alta como un jugador de baloncesto y obviamente todos recordarían las imágenes del tsunami de Indonesia del 2004 y una ola como de tres metros reventando en un pequeño edificio de dos pisos pues el video lo han pasado miles de veces en TV en todo el mundo.

¿Por qué si el terremoto (dos de hecho, separados por pocos minutos y parecido al de Limón) sucedió a las 5: 40 p.m. hora de CR) dos horas después no se podía precisar las características de tal tsunami? (no se tenía certeza de la importancia y tamaño de las olas), siendo qué en dos horas una ola importante habría recorrido ya miles de kilómetros y habría ya impactado en lugares cercanos, como la costa de Ecuador por ejemplo.

La información la dio el señor director de la CNE como algo absolutamente fidedigno, sin duda tendríamos nuestro tsunami, pero podría ser una olita imperceptible de 30 cm., sin decir si era sobre el nivel de la marea superior de los meses de mareas más altas –poco más de tres metros- o del nivel inferior –alrededor de dos metros- o de un nivel intermedio entre ambas. ¿Es decir una ola de dos metros a partir de dónde para arriba? No simplemente el gallardo tsunami tendría hasta algo así como un poco más de dos metros y se recomendaba evacuar en consecuencia las costas hasta 500 metros (o sea medio kilómetro) de la costa. Pero, ¿por qué 500 metros? Y si era inminente y científicamente probado ¿por qué no se sabía prácticamente nada de la peligrosidad?, pero sí se sabía ya que con absoluta exactitud llegaría a Costa Rica exactamente a las 9:20 p.m. y a una lista específica de playas.

Quienes han leído algo de tsunamis y han leído la información de estas instituciones de alerta o han visto los aparatos que manejan y los videos y programas de TV preparados luego del tsunami del 2004 sabrán sin duda más detalles de los que dio el director de la CNE en TV. Pero no entenderán por qué se da un aviso de alerta y se sugieren medidas concretas, pero NO se decreta oficialmente la alerta más de dos horas después de ocurrido el terremoto –y por tanto de iniciado el científicamente probado tsunami que se anunciaba como inminente, seguro, sin duda, en TV-

La recomendación de estar vigilante esa válida todo el invierno y prácticamente en todo el país, pues cualquier lluvia provoca inundaciones y cualquier cabeza de agua se lleva casas y gentes. Las mareas altas y el mar picado en toda la costa del pacífico con bañistas borrachos es una mezcla perfecta para los ahogados que normalmente se presentan y vemos en tele a medio día para las fiestas y para semana santa, y para los fines de semana largos, como el próximo por ejemplo.

Eso está bien, hay que recordar que se debe estar alerta y vigilante siempre.

Pero ¿por qué decirles a los habitantes del pacífico central que se retiren 500 metros?; es acaso que el gallardo tsunami causaría daños en una franja de 500 desde el pleamar o desde los mojones, o ¿desde dónde? –tampoco el señor director de la CNE dije 500 metros desde donde-. En Jacó eso implicaría evacuar toda la zona de hoteles y restaurantes y comercios, TODA, llegando casi hasta la carretera costanera, lo mismo en Playa Hermosa y demás playas principales del pacífico central. Eso implicaría enormes pérdidas y gastos para miles de personas. O es que esa recomendación es solo para familias de lugareños y cuasi lugareños –como yo- con casitas a doscientos o tres cientos metros de la playa, como yo, pero NO para los hoteles. ¿Por qué si es tan INMINENTE no se declara alerta y se ordena la evacuación?. Si la ola es de verdad de más de dos metros partiendo del nivel de la acera del paseo de los turistas en Puntarenas entonces habría muchos muertos. Una evacuación de 500 metros desde la costa en Puntarenas implicaría evacuar por completo toda la península con sus decenas de miles de habitantes porque el ESTERO hasta a 500 metros de la playa.

Y el director de CNE recomienda que se evacúe en las noticias de las 7 p.m.

Cuando al repreguntarle el señor director de la televisora sobre algunos de estos detalles el señor director de la CNE simplemente se curó en salud. No solo era las playas que decía, estaba seguro de la hora exacta que el gallardo tsunami llegaría a la Isla del Coco –lo que no importaría mucho porque está prácticamente deshabitada-, y ampliaba la lista de playas nada más y nada menos que a TODA la costa del pacífico, de frontera a frontera; pero se insiste en indicar nombres de playas del pacífico central, empezando por Quepos y terminando en Hermosa: ¿a qué horas llegaría a los hoteles de cinco estrellas en Papagayo? Por qué si el terremoto es muy al sur, a miles de kilómetros y la onda expansiva viene de allá el tsunami no golpea primero el pacífico sur. Luego de golpear la ciudad de Panamá completa, pasaría por Punta Burica y luego Osa y quizás algo le llegaría a Golfito y luego Dominical y las playas a decenas de kilómetros al sur de Quepos, o sea más cerca del epicentro y donde debería llegar primero algo que venga del sur. ¿Es que la onda expansiva en forma de ola con un epicentro a más de 4 mil kilómetros de Costa Rica y que tarde más de 4 horas en llegar acá no habrá pasado ya por toda la costa de Ecuador y Colombia y estaríamos recibiendo ya noticias de Colombia de los muertos y heridos en las playas de sus ciudades y pueblos costeros que queda a mitad de camino entre Perú y Costa Rica? ¿Cómo no sabemos nada de eso y como se le dice a la gente que tiene que irse a 500 metros de la costa? (o sea evacuar por completo Jacó y Puntarenas, pero nada más se recomienda, no se ordena, o sea, ¿qué?)

En las noticias internacionales y las páginas de Internet especializadas casi tres horas después del terremoto en Perú no se registran olas de ninguna importancia especial en toda la costa del Perú mismo ni más al norte

La irresponsabilidad y la falta de seriedad con que se ha dado la información es pasmosa; el tsunami de Gallardo dará mucho de que escribir y que reflexionar sobre nuestras organizaciones especializadas y sobre el conocimiento y la seriedad de sus directores.

Manuel Argüello- Rodríguez

Día del Gallardo-Tsunami 9:25 p.m.
(acaba de llegar el Gallardo Tsunami a la Isla del Coco –ya se puede llamar por radio a los guarda parques para saber si la ola fue muy grande)