viernes, marzo 24, 2006

Gerencia Social para la Gestión del Riesgo

Riesgo, gestión y gerencia

El riesgo es la probabilidad de ocurrencia de impactos económicas, sociales o ambientales negativos en un sitio particular y durante un tiempo de exposición determinado, es decir la probabilidad de ocurrencia de los daños y pérdidas que constituyen un desastre; en consecuencia, esa probabilidad está en función de la relación entre las amenazas múltiples que se concentren en ese territorio y la vulnerabilidad relativas de la población a esas amenazas. Un modelo de desarrollo y transformación de la sociedad, que pretenda algún nivel de sostenibilidad, que ponga en primer lugar al ser humano y que parta del análisis de las experiencias ya sufridas en múltiples sitios con el solo impacto de un fenómeno físico, así como los más lentos procesos de degradación ambiental o impactos de origen industrial, biológico o nuclear; debe plantearse como directriz global la gestión para reducir las diferentes formas de riesgo que asumirían las localidades en forma específica, y la sociedad como un todo, incluidos los contextos regionales, por ejemplo, a escala del istmo centroamericano. Ello no significa simplemente reducir la vulnerabilidad o mitigar las amenazas, sino también rectificar los procesos generadores de riesgo que se dan por vía de procedimientos depredadores, y además debe también plantearse y tomarse decisiones colectivas sobre los niveles y formas de riesgo que se pueden considerar como ‘aceptables’ en un período determinado y los cambios que deben impulsarse para evitar las consecuencias que podría tener la ocurrencia efectiva del daño al que se ha estado arriesgando tal sociedad, región, cuenca, localidad o comunidad.

Gestión del Riesgo remite a un complejo conjunto de procesos sociales que constituyen un elemento central del proceso general del desarrollo, es un concepto que se vincula con la perspectiva de impulsar un desarrollo humano sostenible, como contraposición a los procesos depredadores de los recursos naturales y del propio ser humano.

Gestión, como palabra refiere a una serie de acciones positivas que buscan alcanzar una meta, por lo que como concepto podría llevar a equívocos, ya que no se gestiona para alcanzar el riesgo sino para reducirlo o eliminarlo, no obstante corresponde en el idioma inglés con “risk management”; según el uso que se le da desde hace décadas también en un sentido positivo, como actividades tendientes a reducir, mitigar o eliminar el riesgo, y con ello reducir la vulnerabilidad de la población frente a las amenazas que podrían –de realizarse- convertirse en desastre. Igual, el término inglés ‘disaster management’ ha sido traducido por ‘gestión de desastres’, dando literalmente también el significado equívoco de ejecutar las diligencias necesarias para alcanzar un desastre, cuando en realidad se ha utilizado en el sentido –similar al idioma inglés- de las diligencias que se realizan cuando un desastre ha ocurrido y conlleva entonces un complejo proceso de reacción, atención, rescate y rehabilitación inmediata de las condiciones mínimas de sobrevivencia para la población afectada y los bienes o recursos dañados (1).

La gestión no puede ser reducida a la idea de una obra o una acción concreta, como es por ejemplo, la construcción de un dique, una presa o una pared de retención para impedir inundaciones y deslizamientos. Más bien se refiere al proceso por medio del cual un grupo humano o individuo toma conciencia del riesgo que enfrenta en su vida cotidiana y en función de las acciones en marcha en relación con su específico proceso social de desarrollo; lo analiza y lo entiende, considera las opciones y prioridades en términos de su reducción, considera los recursos disponibles para enfrentarlo, diseña las estrategias e instrumentos necesarios para reducirlo o controlar su crecimiento, negocia su aplicación y toma la decisión (política, social, comunitaria, local) de hacerlo. Finalmente, se implementa la solución más apropiada en términos del contexto concreto en que se produce o se puede producir el riesgo, en un territorio delimitado.

Se requiere un proceso específico de cada contexto o entorno en que el riesgo existe o puede existir, por lo que la dimensión territorial, y en particular lo local, es aquí fundamental de cara a los cambios globales. Además, es un proceso que debe ser asumido por todos los sectores de la sociedad y no como suele interpretarse, únicamente por el gobierno o el Estado como garante de la seguridad de la población. Aunque por supuesto, el Gobierno y el Estado tienen una primera responsabilidad en el impulso y puesta en práctica de los modelos de gestión que aseguren el beneficio social. Aquí es importante reconocer, por ejemplo, que una parte importante del riesgo que enfrentan países y poblaciones es producto de las acciones conscientes o inconscientes del sector privado y sus agentes, a veces avalado o incluso impulsado por las políticas públicas –como sucede en muchos procesos de ‘desregulación’) y a veces ignorando la normativa y legislación nacional.

La gerencia y la gestión son dos palabras que en español están íntimamente relacionadas, dado que quien ejerce la gerencia, el gerente, lo que realiza es una gestión o sea: las diligencias conducentes al logro de un negocio; pero quizás la acepción primera de la palabra ‘gerente’, al llevarlo al uso común, reduce su sentido al limitarlo a las tareas ‘administrativas’ y no da el sentido más general de su origen en el latín: gerens, -entis que no restringe al administrar y tiene un sentido más global que incluye dirigir y liderar una entidad, no solo tampoco como en el uso común, una empresa.

Gerencia remite entonces a las diligencias que se realizan para dirigir, liderar o administrar una entidad (empresa, organización o institución) y se vincula estrechamente con la gestión de riesgo en la medidad en que toda acción para reducir, mitigar o eliminar el riesgo -de desastre- implica la participación de múltiples organizaciones, instituciones o empresas que hay que dirigir, administrar y liderar. Gerencia no es nada más, como podría pensarse por el uso común, la dirección administrativa de una empresa privada, sino que tiene un sentido mucho más amplio, y a la vez gerente es aquella persona que lidera o dirige y administra una organización o un proceso, una serie de acciones coordinadas tendientes a una meta expresamente planteada, la que, cuando lo que busca es la reducción del riesgo, pues se identifica con la gestión del riesgo.

La noción de ‘gerencia social’ precisamente a lo que remite es a evitar ese equivo común de considerar la gerencia vinculada exclusivamente con la empresa privada o el logro de metas que remiten a la ganancia o la generación de riqueza, vía la puesta en marcha de empresas productivas; y busca más bien hacer notar la importancia de también tener una gerencia de las acciones de intervención en política social y sus diversos niveles, desde las definiciones generales de política pública (y política social por tanto) hasta los planes, programas y proyectos concretos pero todos de caracter ‘social’, es decir, dirigidos hacia la población de que se considera requiere del impulso de programas estatales para alcanzar niveles dignos y adecuados de calidad de vida (como la población menores recursos, o de regiones de dificil acceso, o la población rural dispersa, o ciertos sectores poblacionales localizados en condiciones de riesgo –físico o social-, o segmentos de población especialmente vulnerables y que requieren protección (como los adultos mayores, la niñez, aquellos que sufren cualquier tipo de discapacidad, etc.). Este requerimiento de apoyo requerido por tales poblaciones se traduce en intervenciones muy diversas, pero donde predominan aquellas en forma de proyectos para impulsar mayores niveles de calidad de vida o, en general, de desarrollo. Así, la gerencia social y la noción de desarrollo humano quedan estrechamente relacionadas y con ello también la idea de la sostenibilidad de este desarrollo humano –el logro de niveles de calidad de vida dignos y saludables, pero a la vez sin depredación de los recursos naturales que deben utilizarse sin poner en peligro el disfrute de las futuras generaciones-; y uno de los elementos claves para poder alcanzar esa sostenibilidad en el proceso de desarrollo, es reducir o eliminar el riesgo a que los habitantes o pobladores de ciertas regiones o localidades, se conoce precisamente como gestión de riesgo, o gestión de reducción del riesgo.


El concepto general de gestión del riesgo

El balance histórico permite observar cómo se han asumido riesgos en grados y formas cuyo costo efectivo luego se lamenta profundamente y se asume con un altísimo sufrimiento social, que en grandes porcentajes es absolutamente irreparable e irreversible. Además se han asumido riesgos sin la información mínima apropiada para medir la magnitud y la profundidad que podrían tener los daños efectivos, de manera que el costo es mucho más alto que el riesgo supuesto. En casos concretos ello implica que los aparatos de seguridad definidos frente al riesgo no han sido suficientes, o que ni siquiera existen análisis de riesgo como para pensar en la existencia de ‘aparatos’ de seguridad, menos aún sistemas regionales o nacionales. En términos financieros, ello puede causar la quiebra de los instrumentos de seguridad (como empresas de seguros), cuando los hay. Cuando ni siquiera se han construido tales instrumentos, ello significa que las pérdidas simplemente se asumen, o más bien se sufren, sin tener reservas mínimas para sobrevivir al daño y los individuos, las empresas, las comunidades e incluso las cuencas o los países, terminan por perecer o sufrir daños irreparables.

Un proceso de gestión de riesgos se inicia con la preparación de la información mínima que permita calcular el riesgo que se va a asumir y prever las reservas (financieras, sociales, psicológicas, emocionales, étnicas, culturales, etc.) que permitirían la supervivencia en condiciones adecuadas, a pesar de la ocurrencia de los impactos previstos como probables en períodos de tiempo también previamente establecidos. Ello implica entonces la puesta en contacto de los diversos sectores involucrados, no sólo para construir la información, sino también para determinar las tareas que se requieren para construir las reservas de recursos y las opciones de respuesta en diversos plazos de manera que se alcancen en el cortísimo plazo los niveles de bienestar deseados, pero sin sufrir costos y daños irreparables en otros plazos.

Un proceso de tal complejidad implica el diseño y realización de una multiplicidad de acciones, organizadas en formas de políticas de Estado y de programas de organizaciones públicas o privadas que incluyen una diversidad de escalas de territorio, desde la comunidad y el municipio hasta organismos multilaterales de apoyo, ayuda o financiamiento internacional. Quienes dirijan, lideren y coordinen tales acciones -políticas, programas o proyectos- son, en cada nivel, los gerentes sociales, es decir quienes impulsan las diligencias conducentes a conseguir las metas de esa acción.

La gestión del riesgo no incluye únicamente la reducción de éste, sino la comprensión que en términos sociales se requiere de la participación de los diversos estratos, sectores de interés y grupos representativos de conductas y modos de vida (incluso de ideologías y de perspectivas del mundo, de la vida, de la religión) para comprender cómo se construye un riesgo social, colectivo, con la concurrencia de los diversos sectores de una región, sociedad, comunidad o localidad concreta. La gestión del riesgo no es simplemente reducir la vulnerabilidad, sino la búsqueda de acuerdos sociales para soportar o utilizar productivamente los impactos, sin eliminar la obtención inmediata de beneficios, a la vez que impulsar formas de transformación de la naturaleza que no solo no la degraden, sino que aseguren su pleno disfrute por parte de las presentes y futuras generaciones.

Constantemente el proceso estará informado por la idea de “riesgo aceptable”. O sea, el nivel de protección que es posible lograr en las circunstancias sociales, económicas, culturales y políticas prevalecientes en la sociedad bajo consideración. Lo que es válido para un país, grupo social o individuo no es necesariamente válido o posible para otro. Sin embargo, cada grupo debe estar en la posición de racionalizar el grado de riesgo que enfrenta y gestionarlo en la medida de sus posibilidades, de acuerdo con su propia percepción del mismo y la importancia que le conceda.

Como proceso la gestión del riesgo no puede existir como una práctica, actividad o acción aislada, es decir con su propia autonomía. Más bien debe ser considerada como un componente íntegro y funcional del proceso de gestión del desarrollo global, sectorial, territorial, urbano, local, comunitario o familiar; y de la gestión ambiental, en búsqueda de la sostenibilidad. Las acciones e instrumentos que fomentan la gestión del desarrollo deben ser a la vez los que fomentan la seguridad y la reducción del riesgo. La Gestión del Riesgo constituye deberá constituirse en una práctica que atraviesa horizontalmente todos los procesos y actividades humanas.


Manuel Argüello-Rodríguez, Ph.D.
Marzo del 2006


(1)Esto simplemente deviene del uso de la palabra ‘gestión’ como traducción de una de las acepciones más comunes de la palabra inglesa ‘management’, la que sin embargo, se traduce quizás más acertadamente por ‘gerencia’.

Según el DRAE ‘gestión’ consiste en la acción de ‘gestionar o administrar’, y ‘gestionar’ se define como: “Hacer diligencias conducentes al logro de un negocio o de un deseo cualquiera.” La palabra ‘gerencia’ el DRAE la remite al ‘cargo de gerente’, ‘la persona que lo ocupa’ o ‘la gestión que le incumbe’ y, finalmente, la palabra ‘gerente’ significa: “Persona que lleva la gestión administrativa de una empresa o institución”.

El Oxford Dictionary define management como: “the act of running and controlling a business or similar organization”.