En FAENA perdíamos todas las elecciones –FEUCR/Asociaciones, etc.- y Eduardo, siempre optimista y sonriente, nos decía que era una “derrota electoral pero una victoria política”. Hasta que un día, agotados por el esfuerzo electoral y habiendo perdido otra vez, Juan Tortas, interpretando a la perfección nuestro colectivo sentir, le dijo –casi gritó- que estaba harto de ese cuento y que cuando participaba en una elección era con la idea de tener una victoria electoral y ya.
Teníamos como 19 o 20 años, y todas las ganas y la ilusión del mundo, y claro los mejores programas de gobierno y fantásticas ideas para hacer un país mucho mejor de lo que ha resultado al cabo de 40 años. Pero entendimos muy bien esa lección de Juan, aunque no lo lográramos nunca. Quizás muchos nunca lo entendieron y siguen teniendo victorias políticas.
Otros lo lograron rápidamente cambiándose de partido… y dejando todas aquellas ideas.
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