LA NOVÍSIMA TESIS DEL DR. ARGÜELLO: LOS CHINOS DE RESTAURANT SON UNA CLASE SOCIAL.
Partamos de una definición:
“las clases sociales son grandes grupos…etc.” todo mundo la conoce.
Pues bien, si se analiza con detalle los ‘chinos de restaurant’ (CH-R), no importa si son hombres o mujeres, viejos o jóvenes, gordos o flacos (aunque casi todos son flacos) cumplen a cabalidad y en forma bastante rigurosa con la definición, como pasaremos a especificarlo adelante; pero además, desde otras perspectivas menos siglo XIX también se puede coincidir, por ejemplo analizando aspectos más bien de carácter cultural –o super estructurales- como la lengua, la espacialidad y territorialidad, la música y hasta los adornos de los restaurantes, similares en todas partes del mundo: farolitos con dragones y borlas rojas, espejos con marcos dorados, lámparas o jarrones de imitación ‘china’, algunas paredes pintadas de rojo profundo, menús con nombres poco entendibles, etc. Los CH-R se encuentran en todo el planeta, excepto en China, donde no hay ‘chinos de restaurant’ porque todos son ‘chinos de la China’ (incluyendo los de la provincia de la isla de Taiwán y los de la península e isla de Hong Kong --香港, por sus caracteres chinos, creo--).
Ahora bien, pasemos a los detalles de la definición/tesis. Sin duda, los CH-R son chinos, como se puede observar empíricamente en cualquier lado con solo verlos fijamente a los ojos, pero no son chinos cualquiera, ciertamente casi siempre tienen la nacionalidad del país en que residen y muchos son nacidos ahí mismo (incluso en el sentido más estricto, es decir nacidos en el restaurant) aunque siempre hay recién llegados no se sabe exactamente de dónde, pues todavía no hablan el idioma local y casi nunca tienen papeles migratorios, hasta que por alguna razón típica de su clase social (en lo super estructural por supuesto) terminan casándose o teniendo familia en forma endogámica, o sea con alguien que era CH-R desde antes, o nacionalizándose, y ya a partir de ahí se unen a ese grupo nacional, pero nunca dejan de pertenecer a su clase social que trasciende fronteras nacionales, regionales y continentales –con la excepción antes hecha explícita de la China completa (la República Popular y sus provincias ocupadas por tropas y empresas extranjeras –no me refiero a Shangai sino a Taiwán-). Así los chinos de restaurante son un ‘grupo humano’ (muy unido por cierto) indistintamente del país en que residen o del idioma secundario que hablen –el primer idioma es el chino, claro- y muy grande, de hecho sin contabilizar en el planeta.
Aparte de que son un gran grupo (con lo que se cumple con la primera característica de la definición ya citada arriba, como puede verse), son clase social en tanto que comparten una misma posición –“lugar que ocupen”- en relación con la producción: usualmente producen shop suey o pato y cerdo agridulce, o arroz cantonés (que dicho sea de paso NO existe en Cantón en China, tampoco, y es exclusivo producto de los CH-R), y todo lo hacen con recetas muy similares –conocimiento- y cocinas similares –tecnología-, no importa si el restaurant está en Londres, París o Cinco Esquinas de Tibás (el que recomiendo, dicho sea, otra vez, de paso). Adicionalmente, este es sin duda un sistema históricamente definido de producción pues no había CH-R en tiempos antiguos, en Roma o Catal Juyuk, y se podría decir que coinciden casi por completo con los tiempos que inician con el Siglo XX y siguen creciendo y conformándose en lo que podría considerarse, ya esto en forma tan solo hipotética, clase para sí.
Es por demás decirlo que los CH-R tienen una clarísima función en la organización social del trabajo, pues se dedican por generaciones a ejercer esa función de producir comida del mismo tipo y con costos parecidos y hasta con presentación y paquetes muy parecidos –además de vender cocas y otros refrescos similares para acompañarla- con pocas diferencias, como por ejemplo el hecho de que algunos utilicen cajas de cartón con colorinches también ‘imitación chino’ y otros simples potes plásticos sin color.
Su dedicación a la venta de comida y la vida en el restaurant los une desde que nacen. De hecho se les puede ver cuando niños jugando entre las mesas y sillas o dormidos por ahí mientras su mamá está de cajera y su papá en la cocina. Por las tardes en la niñez y adolescencia hacen sus tareas escolares con otros amiguitos CH-R en las mesas del restaurant y aprovechan para ver un poquito de TV –en cualquiera de las pantallas que hay desde hace varias décadas en los restaurantes- por sus pequeñísimos rabitos de ojo.
Más tarde o a medio día se juntan a comer comida china del mismo restaurant con palillos en alguna mesa, quizás en las redondas, y hablan en chino entre ellos y los demás comensales no entienden nada en absoluto. Su función social es clarísima al concentrarse en una tarea tan específica y por lo tanto, se pueden tipificar por la similitud en los modos de obtención de sus bienes materiales y la importancia de la parte de que disponen en relación con otras clases sociales; pero a la vez podrían diferenciarse de otras clases o fracciones, como la que podrían conformar los CH-P, es decir los denominados ‘chinos de pulpería’, fracción que incluiría a los que se ubican en comisariatos como el de Puerto Viejo, que también todo el mundo conoce.
Finalmente, estas condiciones culturales, históricas y de localización en la economía en relación con otras clases de seguro está consagrada por las leyes, en la mayoría de los casos, y aparte de algunos secuestros recientes y algunos asaltos o ataques normalmente relacionados con deudas de juego, los CH-R son ejemplarmente respetuosos de las leyes de cada país; aunque esto es discutible en relación con el origen de la carne exquisita que tanto disfrutamos con sus salsas y condimentos. Sin embargo, esto último no podría atribuírsele con certeza a su ‘origen de clase’ pues, y esto es claro en las ciencias sociales más contemporáneas, no hay ciertamente una ‘moral de clase’ en general, sino que este es un comportamiento más individualizado a lo largo de la historia humana.
Aparte.
El rigor del análisis que se pretende haber ejemplarizado en nuestra novísima tesis, y el estricto manejo de la teoría, es el que corresponde con la ciencia social académica, más allá de si se trata de identificar una ‘clase social’ o de hacer ‘análisis de coyuntura’.
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Jueves, 06 de octubre de 2005 (en marblog 5 años después)
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