Dijo un coplero como a las 11:30 am, en la tarima ‘cultural’, cuando pasaba la avioneta del sí con una pancarta provocadora:
Los del sí nos mandan mensajitos
En avión
Porque no tienen gente para llenar
El Paseo Colón
Habiendo recorrido dos veces desde La Sabana hasta la Catedral y de vuelta y habiendo observado ampliamente ‘patiando’ la calle, in sito si se quiere más elegante, –a partir de las nueve de la mañana y hasta las tres de la tarde- y haciendo números de anchos de calles y distancias desde la primera tarima –en El Centro Colón- hasta el Hospital y promedios de gentes por metro cuadrado, mi cálculo de asistencia es de alrededor de doscientas cincuenta mil personas, todos votantes, al momento de iniciarse el discurso de fondo.
Fue la manifestación más grande que haya visto en toda mi vida en Costa Rica, por lo menos en mis casi cincuenta años de recuerdos, pues estuve en el recibimiento de Calderón Guardia (1958) con mis padres que eran mariachis de güeso colorado, y claro en decenas de marchas durante los años setentas y ochentas, incluyendo obviamente la de Alcoa con mis compañeros del colegio en 1970.
Es la más grande manifestación pública (pacífica, alegre, bulliciosa, creativa, llena de risas, joven también por la presencia de muchas personas adultas mayores) en que he sido testigo en este país, y en mi experiencia personal. Esa manifestación de hoy fue mucho más grande que la manifestación contra los impuestos (‘Poll Tax Riots’ en Londres, 1990) que llevó a la renuncia de M Thatcher luego de más de una década de su experimento neoliberal en Inglaterra (por aquello de poner las barbas en remojo…). En mi experiencia personal esta manifestación solo es superada por la llegada del Papa a Managua en 1983 y el cierre de la campaña electoral sandinista en 1990.
La diferencia de la manifestación de hoy, 30 de setiembre del 2007 en San José, con estos dos últimos casos citados (en Nicaragua, y en las que estuve presente) es que en aquellas unos gigantescos aparatos estatales y eclesiásticos, con apoyo económico externo inmenso, movilizaron a enormes masas al margen de su verdadera voluntad y lo hicieron con presiones de todo tipo, desde la amenaza de excomunión hasta la amenaza del empleo, y utilizaron todo el transporte del país para mover la gente y prácticamente secuestraron todos los buses y taxis del país –Nicaragua- al servicio de la movilización. Hoy en Costa Rica, cada quien llegó por su propia cuenta, a pesar de la oposición de Gobierno, todo su aparato y prácticamente toda la prensa y televisión comercial, a pesar de las presiones, las amenazas y la campaña del miedo. La movilización fue por cuenta de cada quien, por sus medios y sin miedo. Los comités patrióticos locales lograron que llegaran gentes de todos lados, y también de Talamanca, desde donde los representantes de los indígenas salieron en horas de la madrugada. Nadie los obligó o presionó, todo lo contrario.
Esa es una diferencia esencial.
Esa presencia de hoy en la calle, inmensa y única en toda la historia de Costa Rica (aunque la prensa trate de invisibilizarla), debe multiplicarse en las urnas en una semana, pues cada manifestante, convencido como para ir hoy contra todas las presiones, influirá sin duda en varios votos familiares o de amigos, en particular impulsado por la inmensa fuerza que significa haber estado hoy ahí presente en ese Paseo Colón abarrotado.
Un viejo amigo, científico social, quien también había hecho el mismo tipo de recorrido y observación –como corresponde-y que siempre se ha destacado por su ecuanimidad y cordura en sus opiniones, me dijo al final, cuando por casualidad lo encontré en medio de la multitud, ‘solo con fraude puede ganar el sí’, y le dije, ellos ni siquiera intentaron movilizar a su gente.
Solo quería dejar este testimonio.
Estemos atentos a lo que suceda en las urnas el día 7.
-30 set 07-
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